Reconocimiento a los sacerdotes Gregorio Alegría y Rogelio Cruz

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Reconocimiento a los sacerdotes Gregorio Alegría y Rogelio Cruz

El Senado de la República reconoció a cuatro personalidades destacadas de la vida nacional, por su trayectoria y aportes al desarrollo del país a través de sus labores sociales, en el ámbito religioso-caritativo, cultural y artístico.

Los homenajeados fueron los sacerdotes Gregorio Alegría Armendariz y Ramón Rogelio Cruz Fermín (Padre Rogelio), así como la escritora Ylonka Nacidit Perdomo y la teatrista Lucía Castillo, quienes recibieron pergaminos de reconocimientos luego de que el pleno del órgano legislativo aprobara a unanimidad cuatro resoluciones sometidas por el senador de la provincia Duarte, Franklin Romero.

«Estas personas poseen una dilatada y notoria carrera, sellada con una impronta llena de luces que van iluminando corazones de hombres y mujeres necesitados de una mano amiga y solidaria que les ayude a resolver necesidades de carácter humano», indica una información del Senado.

La actividad se realizó en el Salón Polivalente Reynaldo Pared Pérez de la Cámara Alta, y fue presidida por una comisión que encabezó el senador Pedro Catrain, vicepresidente del Senado, quien destacó que los galardonados han aprovechado su vida para cumplir uno de los mandamientos más sagrados establecidos por Dios, que es “Amar al prójimo como a sí mismo”.

“En su caminar, estos grandes hombres y mujeres han dado lo mejor de su vida a nuestro país, ayudando a los más necesitados, por eso considero que ellos han predicado con su testimonio, con sus acciones. Felicidades”, expresó el representante de Samaná.

El senador Franklin Romero, proponente de las resoluciones, destacó que las personalidades que entregan su vida por amor a la gente desposeída y los que están en el anonimato, son merecedoras de lauros y el reconocimiento por parte del pueblo dominicano.

Manifestó su profunda emoción de poder rendir tributo a personas de la envergadura del padre Gregorio Alegría, sacerdote de origen español que dejó sus huellas indelebles en su paso por la parroquia Santa Rosa de Lima, de San Francisco de Macorís, donde muchas personas dan testimonio de las acciones de caridad que recibieron por parte del religioso.

«Al igual que el padre Alegría, todos los homenajeados tienen méritos sobrados por sus acciones de amor en favor de su pueblo, gracias por su vida de acción”, dijo el senador Franklin Romero. 

Agradecen reconocimiento

El padre Gregorio Alegría Armendariz agradeció al Senado por tomarlo en cuenta, reconociendo su labor en República Dominicana, y expresó su gratitud a las personas que le han servido de soporte en su camino misionero.

“Felicito a todos los senadores por el trabajo que realizan en favor del país, ustedes son el corazón de la patria dominicana; si el corazón está sano, todos estamos sanos, cuídense para que toda la nación permanezca en buena salud”, indicó el sacerdote.

En tanto que, Ramón Rogelio Cruz Fermín (padre Rogelio), dedicó su reconocimiento a la gente pobre, los olvidados, los que viven en lugares marginados, por considerar que ellos son los escogidos por Jesús de Nazaret, “y yo soy un seguidor y siervo de Jesús de Nazaret, alguien que decidió realizar sus andanzas por el mundo”, exclamó.

Asimismo, Ylonka Nacidit Perdomo, dedicó su reconocimiento a las maestras normales del Siglo XIX, a sus compañeras de la Junta Central Electoral, a su madre, y a la escritora y poetiza, Salomé Ureña de Henríquez, esta última por ser su inspiración, y por haber sido una dominicana visionaria y profética, de una personalidad que a través de sus palabras transmitía por la libertad de las mujeres y su derecho a voz de la conciencia.

  • “Me siento enaltecida en recibir este reconocimiento en compañía de mi familia y mis compañeros de la Junta Central Electoral. En mí vive el legado y espíritu de Salomé Ureña, desde este Salón Reinaldo Pared Pérez, alzo mi voz en su representación, este es un acto de justicia”, sostuvo la escritora.

Mientras que la teatrista y declamadora, Lucía Castillo, visiblemente conmovida por el homenaje, explicó que su amor por la declamación nació de la oración y adoración a Jesucristo, quien ha sido el sostén de su vida.

«Dar antes de morir todo lo que tenga de valedero, es la misión de todo ser humano, recibir premios y condecoraciones, no es solo de los preparados, sino de aquellos que el Señor prepara, como lo hizo con los apóstoles», dijo.

Fuente: Diario Libre

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